lunes, 20 de abril de 2015

IGLESUELA DEL CID - VILAFRANCA

BARRANCO DE LAS TRUCHAS
Ayer nos dimos un baño de pedra en sec. He leído en algún sitio que esta tipología constructiva se puede definir como “la ordenada colocación de unas piedras sobre otras, sin labrar y trabadas sin más sustentación que su propio peso y la solidez que confiere la correcta disposición constructiva”. También que es “la humilde obra anónima del pueblo sencillo, en contraposición a la arquitectura clasista o suntuaria del poder civil, religioso o militar”. Todo esto lo pudimos comprobar en nuestro paseo desde La Iglesuela del Cid para entrar en la Comunitat por el viejo puente de La Pobla del Bellestar y acercarnos lentamente a la industrial Vilafranca.

De La Iglesuela del Cid poco pudimos ver, pero es inevitable darse una vuelta por sus calles empedradas bajo los enormes voladizos de las cubiertas de los imponentes edificios de su época de esplendor; entre los siglos XVI y XVIII. Nosotros salimos por el Azagador de las Horcas que nos llevó al camino de las Cañadillas y, finalmente, al barranco de las Truchas. En esta ocasión podríamos llamarle río de las Truchas ya que llevaba caudal suficiente para tener que improvisar nuestro recorrido y tener “ocupar” alguna finca colindante. Los musulmanes, amantes del agua, se asentaron junto al barranco. Tras la llegada de las tropas de Jaume I se formó el primer núcleo de población llamado Riu de les Truites, hoy La Pobla del Bellestar.

De una manera más pacífica que las tropas reales cruzamos ayer el mismo puente. Tampoco tuvimos que pasar ningún control en la Torre dels Brusca, que se alza altiva junto al río. Llegamos a la plaza donde se encuentra la iglesia de Sant Miquel, del siglo XIII y abandonamos la aldea por el viejo azagador del Mas de Tosca. Tocaba subir, descansar, seguir subiendo,… siempre entre pinos, carrascas y muros de pedra en sec. Pasamos junto al vértice geodésico del Canto de Perotos, punto más alto del recorrido.

VILAFRANCA
Desde aquí nos quedaba ir bajando hacia Vilafranca. Todo el tiempo por antiguos caminos ganaderos, contadores, cabañas,… Unas veces entre pinos y otras entre carrascas. A medida que nos acercamos Vilafranca se nos muestra imponente. A nuestra derecha la torre campanario de la iglesia parroquial de la Magdalena, delante las viviendas que parecen asomarse al barranco de las Tejeras y junto a nosotros decenas de huertos a la espera de la próxima siembra. Fotos de Ramón AQUÍ y de Sendeando AQUÍ.


Por supuesto celebramos nuestro habitual sorteo de dos bastones con que nos obsequia DEPORTES ALVARADO en nuestras excursiones. Manuel L. fue el afortunado ¡Enhorabuena!

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