lunes, 6 de junio de 2016

CULLA - BENAFIGOS

El río Montlleó articula las viejas tierras del Maestre de Montesa. En su recorrido se une a la Rambla Carbonera, que nace cerca de Ares, para formar la muy famosa Rambla de la Viuda; capaz de secar las gargantas por su aridez o de poner en peligro la vida de sus vecinos en los momentos de fuertes lluvias. No hay término medio. La dureza de estas tierras y el aumento de la población agrícola y ganadera, hizo que nuestros antepasados tuvieran que recurrir a todo lo que estaba en su mano para su subsistencia. Disponían de la piedra caliza que les estorbaba para sus cultivos y decidieron hacer uso de ella para aumentar la superficie de cultivo y para ayudar a la circulación del ganado trashumante.

Bancales construidos piedra a piedra, muros delimitadores de la propiedad y que bordeaban los caminos para el ganado (assagadors), casetas, corrales, aljibes,... Todo ello construido por las expertas manos de los maestros de la piedra, els paredadors. He leído que las piedras son como campanas, su sonido limpio y metálico indica que son aptas para su uso. Las que están llenas de vetas suenan mal, no sirven. La técnica principal es que toda piedra se apoya sobre otras dos y recibe dos más. Así de sencillo y así de complicado para una muestra importantísima de nuestra cultura, la arquitectura de la pedra en sec.

Salimos de Culla por el Camí Reial de Benafigos. Tras un rato en el que podemos admirar a nuestra espalda la imagen de la ciudad-fortaleza comienza la bajada hacia el Ríu Montlleó. Es una senda pedregosa que serpentea por la ladera de la Penya Calva. Al fondo se ve el cauce seco del río al que parece que nunca llegamos. Pasamos junto a pequeñas agrupaciones de carrascas y de abundante vegetación. A medida que descendemos aparece el bosque de pinos. Descansamos un rato antes de afrontar la subida que nos espera. 

El camino serpentea entre un bosque casi impenetrable hasta que ganamos altitud y aparecen las masías y sus campos de cultivo. Alguna cereza nos comimos, con permiso de la autoridad, claro. Disfrutamos de algunas enormes carrascas en nuestra ruta hacia la ermita de la Verge de l'Ortisella. Un sitio fresco y tranquilo para comer y reponer fuerzas.

Nos queda una corta pero fuerte subida hacia el Pla de Benafigos. La población aparece en lo alto. Pasamos junto al Mas de Camao y su carrasca monumental. Caminamos junto a huertos y campos de avellanos; el Mas Nou y el Mas del Pla quedan a nuestro lado. Y con una ligera llovizna refrescante llegamos a Benafigos a disfrutar de nuestro merecido avituallamiento. Fotos de la excursión AQUÍ.

Como es costumbre hicimos el sorteo de bastones regalo de DEPORTES ALVARADO. Con gran alegría se los llevó Hortensia P. después de un buen número de excursiones con nosotros. Ahora tendrás que gastarlos. 

1 comentario:

Ruby dijo...

Que belleza. además de caminar. se vivencia Paz y tranquilidad en el alma. Felicitaciones al grupo.