lunes, 22 de mayo de 2017

SUERA

Cualquier recorrido por Suera siempre sorprende. En esta ocasión pasamos por diferentes puntos que podrían ser de referencia obligada para los aficionados a caminar por el monte. Afortunadamente la gente prefiere caminar por lugares trillados y es fácil no encontrarse a nadie fuera de ellos. La umbría de la Serra Baixa es un espectáculo para los sentidos. Mientras caminamos, además de pinos y alcornoques, abunda el brezo (bruc), el helecho (falguera), la hiedra (heura) e incluso el espantallops. Llegamos a la Font del Porc, un lugar al que dedicamos una parada para disfrutar del entorno.

Comenzamos a descender en busca del camino que nos lleva a la Font de Castro, mucho más antropizado pero con agua abundante para combatir el calor. Desde aquí comenzamos la subida al Castillo de Suera o de Mauz, del siglo XII. Su ubicación en lo alto de la roca destaca durante todo el recorrido. Desde su posición comprendemos su valor estratégico como custodio de uno de los accesos a la Sierra. En la pinada cercana paramos a comer y a disfrutar de una temperatura muy agradable.

Nos queda un corto pero exigente descenso hasta el despoblado de Suera Alta, conocido como Benisuleyman durante la época musulmana. Paseando entre sus ruinas donde la hiedra busca su camino, todavía podemos imaginar como sería la vida de estos agricultores valencianos que fueron expulsados de su tierra en nombre de la fe, de la fe de otros. No aprendemos. Salimos por el camino empedrado para tomar el Camí Vell de Castro y llegar a Suera. Lo hacemos junto a los viejos pajares y por la calle Mayor hasta la plaza de la Iglesia. Fotos AQUÍ.

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